Esta vivienda construida en 1920 sufrió varias ampliaciones posteriores que destrozaron por completo su aspecto original. La rehabilitación se basó principalmente en la recuperación de su memoria histórica, la integración de los volúmenes ampliados posteriormente convirtiéndolos en una gran jardinera que envolviese a la fachada modernista original y por tercero, seguir criterios passivhaus para convertirla en una vivienda de consumo energético casi nulo, logrando 1,6 renovaciones/hora a 50P de presión. Demostrando que los edificios de valor histórico también pueden ser eficientes desde el punto de vista energético.
Arquitectura